Sus
pasos eran lentos y cansados, sus pies comenzaban a acostumbrarse al frio del
piso, estaba a punto de llegar a la cocina cuando se detuvo bruscamente.
-!
Demonios!- exclamó molesta- no puedo creer que haya regresado...
-Ni
yo lo creo- dijo Dylan saliendo de su habitación con unos bóxers dejando a
la vista su demás cuerpo tonificado. Se
acercó al refrigerador aprovechando la inmovilidad que tenia Marilyn al verlo
así, agarró una cerveza, la miró mientras destapaba la botella, tomó un trago,
saboreó la cerveza que había quedado en sus labios para luego voltear la mirada
hacia su habitación- Ya es hora de que te vayas nena- Marilyn volteó al mismo
lado y se dio cuenta que la chava que había visto el día anterior y que había
llamado "objeto" estaba parada cerca de la puerta con una sabana
cubriendo su cuerpo, con una sonrisa de par en par, era hermosa sin duda, pero
con una inteligencia escasa.
-¿Cuando
volveré a verte cariño?- la chava se acercó a Dylan acariciando sus pectorales
seductoramente.
-Yo
te hablaré nena...pero apúrate que
saldré y la única mujer que por el momento puede estar aquí las 24 horas
es ella- señaló a Marilyn quien caminaba hacia su habitación para encerrarse
hasta que nadie estuviera en casa salvo
por ella- !Hey!....!Más te vale que te apures que tenemos una comida con tu
familia!- y Marilyn azotó su puerta para volver a recostarse en su cama
tratando de averiguar el por qué había aceptado vivir con alguien como Dylan.
-Todo
sea por Finlandia...
***
Darrell
paseaba tranquilamente por la empresa de su padre, donde en el último piso se
encontraba la oficina que le había sido regalada en su cumpleaños número 20.
-!Hey!,
que milagro...
-
Sé muy bien que nuestros padres se llevan de maravilla, pero no por eso tengo
que hablarte.
-
No seas tan amargado Anton- Darrell se acercó a él con esa sonrisa y mirada
encantadora- te invito un café...
-Aléjate
de mi Darrell, ¿desde cuándo tanto amor?-Darrell cambió esa sencillez por la
verdadera personalidad que tanto odiaba Anton.
-Bien
que lo sabes... ¿pero a caso tu hermana si?...
-No
la metas en esto.
-
Entonces no lo sabe eh, es raro, ella te adora y tu le mientes-Sonrió- y para
colmo te casarás con el secreto que nos hace rivales...pero ni te preocupes.
Estoy de maravilla- y volvió a sonreír para acercarse al elevador y entrar como
si nada dejando a los demás empleados enfurecidos que esperaban el elevador, pero sin poder
quejarse. Darrell sacó su celular e hizo una llamada mientras esperaba a llegar
al piso 37- Hola querida...espero y hayas encontrado la dirección, si no es así
olvídate de tu trabajo ¿ok?...no, no te preocupes por el tiempo que tarde en
llegar...es más, estoy a 30 segundos de verte- y colgó sabiendo que haría
sufrir a María con esas simples palabras.
Al
llegar a su piso favorito, notó la preocupación de María esperando a que la
regañara, pero Darrell estaba tan ocupado en los planes que tenía en su mente
que la pasó por alto.
-No
creas que lo he olvidado, simplemente te daré una última oportunidad. Última,
¿entendido?.
-Darrell....Tengo
la dirección.
***
-¿Cómo
es posible que a mí no me avise nada y en cambio te mande a ti a decírmelo?
-No
seas celosa- Dylan arreglaba su corbata sin dejar de ver la TV- pero a mí me
tiene gratis en su celular- y comenzó a reír.
-Ja...ja,
no es gracioso, tal vez tu no entiendas esto porque eres hijo único...
-Marilyn....-él
se levantó del sofá dirigiéndose a la habitación de ella, al entrar pudo mirar
como subía el cierre de su vestido, aquel vestido con la que la había conocido.
-¡Mierda!,
esta porquería no quiere subir...-intentaba subir el cierre con la dificultad
de no alcanzar hasta el límite, aun se podía ver un cuarto de su espalda.
-Sólo
pide ayuda, no vives sola-Marilyn se percató de su presencia en la habitación,
estaba a punto de decirle que se largara, que pidiera permiso antes de entrar,
pero en verdad necesitaba la ayuda que él había mencionado.
-¿Podrías...?
-Sólo
por esta vez, ya es tarde- Dylan se acercó a ella, Marilyn agarró su cabello
despejando su espalda y él, al momento de subir su cierre, pudo sentir como
una de sus yemas rosaba la piel suave y
perfumada de ella- listo- dijo sin dejar de admirarla- bueno....ya vámonos o
Antón comenzará a sacar humo por las orejas....
-Espera-
Dylan se detuvo segundos antes de poder cruzar la puerta-
-Por
favor no digas que aún no estás lista…
-No
es eso, quiero que hagamos un trato- Dijo dudando de si podría lograr
convencerlo.
-¿Qué
clase de trato?... ¿Sexual o…?
-¡No!
Jajaja, yo creo que eso no te hace falta, tienes tantas mujeres detrás de ti…
-Ya
di que trato y deja de andar perdiendo tiempo- Realmente Marilyn no podía evitar
perderse en el físico y precensia de Dylan, se había vuelto a quedar perpleja
al momento en el que él se recargó en la pared demasiado sensual- Marilyn…¡Marilyn!-
gritó Dylan haciéndola reaccionar-
-Oh
si, lo siento…
-Eres
demasiado pensativa….
-El
punto es….hacer un trato de que, a pesar de lo que pase en esta casa, peleas,
insultos, lo que sea, afuera, con Anton, familia y amigos, digamos que todo
está perfecto, que casi ni nos vemos.
-¿Para
qué?... ¿Qué es lo que tramas Marilyn Black?... ¿En qué enredo quieres meterme?
-En
ninguno- sonrió como niña buena, inocente- Sólo quiero estar tranquila sabiendo
que no irás de chismoso…
-Me
importa un bledo tu vida y tus planes, pero sí de esto sirve de que no vuelvas
a insultar a ninguna de mis visitas….acepto- sus miradas eran fijas, sus
palabras duras, dulces, indiferentes, pero se entendían a la perfección.
-Ok…me
parece demasiado justo- se acercaron para darse la mano firmemente- ¿Trato
hecho?
-Trato
hecho…