domingo, 18 de noviembre de 2012

...*Cold Blooded*...



Chapter: VIII

  -¿Estás seguro? A duras penas y me conoces…no se me hace muy justo  para las demás personas.
  -Pensaba lo mismo hace 5 minutos, pero justo cuando llegaste y me entregaste la foto que tanto te pedí, lo supe querida- le brillaban los ojos de la emoción, no podía tan siquiera tratar de controlarse.
  -Sólo es una foto.
  -Una muy buena foto Marilyn, y te tengo el trabajo perfecto. Me habías contado que buscabas trabajo urgentemente…
  -Sí, lo sé pero….
  -Pero nada corazón- le interrumpió sin desaparecer la sonrisa de su rastro, Marilyn seguía confundida -  Te aseguro que no me estoy equivocando.
  -Pero aquí es solamente para profesionales, fracasaré de inmediato- Alexander se acercó más a ella y la tomó de los hombros con suavidad para después mirarla fijamente – Jamás dudes de tus capacidades hermosura, tu puedes y yo jamás me equivoco- los dos sonrieron.
  -Muchas gracias Alex…te debo una.
  -No nena, no me debes nada, ya tengo tu foto, es todo lo que necesitaba- Marilyn lo abrasó por unos segundos.
  -Murray- se escuchó a los lejos, no había terminado su trabajo y de seguro lo necesitaban para los últimos retoques en el peinado de una modelo.
  -No te me vayas a ir ¿ok?, en cuanto acabe con esto te llevo rápidamente con tu nuevo jefe.
  -De nuevo Alex, muchas gracias.
  -Sólo quiero verte independiente…y tal vez en un avión con destino a Finlandia- Marilyn se puso roja, no de la pena sino de la emoción, de tan sólo imaginarse esperando su vuelo. Sólo falta eso…poder mantenerse sola y listo.


  Dylan esperaba algo impaciente, estaba agotado, pero no quería dormir, no aún…
  El teléfono sonó.
  -Bueno… ¡Anton!... ¿Qué?, ¿Es en serio?...- colgó, no había entendido las razones del por qué pedía eso, pero era Anton, su mejor amigo, no podía decirle que no.


  -¿qué piensas hacer?... ¡No puedes hacer nada!- María reía en su cara.
  -Puedo hacer lo que me plazca.
  -Ya hiciste enojar a Anton, le quitaste el cariño de su padre, y ahora él piensa darte su parte de la empresa.
  -y eso fue tan exquisito, ver como se enojaba, pero Marilyn.
  -De nuevo a mencionarla- María se levantó y dirigió al escritorio de Darrel, donde detrás de ese simple trozo de buena madera  se encontraba él sentado y simplemente viendo a la nada- Vamos cariño- se acercó más, hizo la silla un poco hacía atrás sin lograr que Darrel dijera algo y se sentó en sus piernas, por unos segundos se quedó mirándolo pero al ver que seguía sin reaccionar optó por acomodarse bien y quedar sentada sobre él mirándolo, en ese momento Darrel puso sus manos en la espalda de María y con una mirada pícara dijo: Si me vas a satisfacer, encárgate de no cambiarte el nombre”.


  Marilyn entró a su nueva casa, se percató de no ver a Darrel por ningún lado que alcanzara su vista, siguió su camino hacía su cuarto sin antes dejar las llaves en la pequeña mesa de la entrada, había tomado, si, unas cuantas copas con un joven que acababa de conocer.
  -¡SHIT!- dijo al sentir el dolor causado por no haberse fijado y haber topado su pierna izquierda con la punta de un mueble- Se tuvo que topar conmigo…
  -¿En dónde estabas? – la voz de Dylan sonaba cansada.
  - ¿A caso te importa?... ¡Estuve festejando!- gritó entusiasmada, su equilibrio entorpecido se hacía notar conforme daba un paso hacia él- y me la pasé de lo mejor- sonrió, pero antes de llegar junto a Dylan su pie izquierdo se metió debajo de la alfombra de la sala haciéndola tropezar y caer. Bueno, casi caer pues Dylan alcanzó a sujetarla antes de que se golpeara la cara
  -No te dejaré dormir hasta que se te pase.
 -¡No!- exclamó Marilyn molesta- sabes que es lo peor que le puedes hacer a alguien, con dormir y despertar al día siguiente es más que suficiente para sufrir por la resaca.
  -Lo hubieras pensado antes de ponerte ebria con quien sabe quien…
  -Su nombre es Tulio, nacido en España y está de vacaciones aquí…
  -No me digas…-Los dos estaban sentados en el sofá - ¿Y lo conociste en…?
  -Es modelo, amigo de Alex…-y ella siguió platicando mientras que Dylan intentaba prestarle atención, tenía demasiado sueño, tenía que trabajar pero por alguna razón quería seguir ahí sin dejarla dormir y sabiendo cosas sin importancia… ¿Por qué?...era lo que Dylan trataba de averiguar.

  -Vamos… ¡Levántate!- gritó haciendo que brincara del susto-
  -¡Pero qué rayos...!-
  -Ni te disgustes…..ya es tarde, ¿O a caso no tienes trabajo?
  -¡Maldición!- Marilyn se levantó rápidamente y corrió a darse un baño, pero antes de entrar y comenzar a quitarse su ropa, reaccionó y salió furiosa- ¡Es domingo, estúpido!
  -Lo sé- dijo Dylan sonriendo sin mirarla. Tenía la vista pegada en el periódico. Marilyn estaba a punto de gritarle cuando él le interrumpió- alístate…iremos a desayunar.
  -No gracias, quiero dormir
  -¿Piensas resistirte a unos deliciosos camarones?- el estomago de ella comenzó a hacer ruidos, tenía hambre, no había comido nada desde antes de ir a ver a Alexander.
  -Eres un desgraciado- y Dylan volvió a sonreír sin dejar de hacer lo anterior.
  -Y eso que no me he acostado contigo- comenzó a reír levemente
  -Ja…ja, y ni lo harás.
  -Ni que quisiera….
  -No saben cómo adoro verlos pelear- Dylan volteó con rapidez su cabeza para mirar a Anton quien había entrado. Se percató de ver que Marilyn estaba en su habitación.
  -Anton…
  -¿lo harás?...
  -Si.