El día había
decidido ser frío y lluvioso. Llegaron en taxi ya que ninguno de los dos poseía un automóvil propio, Marilyn al bajar
del auto intentó salir lo más rápido posible para no mojarse, por lo menos no
tanto. No lo logró.
El hotel había
sido el mismo de la vez anterior, otra decoración, mismas personas. Dylan
caminaba detrás de ella, como si fueran
solamente conocidos que habían decidido compartir el taxi por puras prisas, eso
le había funcionado a Dylan hasta que Marilyn se detuvo y volteó a verlo.
-¿En dónde tenemos
que estar? - preguntó algo impaciente.
-¿Por qué siempre
el mismo hotel? Preguntó Keller mirando a su alrededor.
-Por que somos
dueños de él. Tan simple como eso.
-¡Oh, perdona mi
ignorancia!- dijo sarcásticamente- Hay días en los que te comportas como una
niña rica…
-Claro que no-
Marilyn lo miraba molesta, no le gustaba que le dijeran eso.
-Algún día te
cacharás, pero bueno. Tenemos que estar en el primer salón…
-¡Hasta que
llegan!- exclamó Anto, caminaba hacia ellos. Notó la indiferencia entre su
hermana y su mejor amigo, tal vez no era indiferencia, sino más bien desprecio
y eso no le había gustado a él.
-La tardanza fue
provocada por tu hermanita, se tarda mucho en arreglarse-
Marilyn estaba a
punto de responderle, diciéndole que él había sido el tardado, que se había salido con su “objeto” y había
regresado tarde, pero no, decidió dejarlo así al haber recordado el trato que habían
hecho.
-Y bien, ¿para qué
tantas reuniones?... ¿Pasa algo?
-Darrel…
-Solamente quería reunir
a mi futura familia- Marilyn se quedó congelada, había escuchado esa voz tan
cerca de ella que la había estremecido. Volteó lentamente y pudo mirar como
Darrel se acercaba a ellos y al mismo tiempo pudo sentir como Dylan se le
acercaba más, haciendo parecer que se llevaban bien, hasta agarró su mano sigilosamente,
ella sólo se estremeció un poco más, no entendía que estaba pasando.
-No te saldrás con
la tuya- dijo Anto, se veía tan molesto
-Anto… ¿de qué
está hablando?- preguntó su hermana.
-Otra estupidez de
Papá.
¿Cómo es posible
eso?- dijo molesta la madre de Anto y Marilyn,
El salón, el gran salón había sido ocupado
para una reunión familiar, una reunión de sólo 7 personas.
-Así se ha
acordado Miriam- respondió.
Marilyn se
encontraba en shock. Anton miraba con más desprecio a Darrell, y Dylan, de
alguna forma se encontraba apoyando silenciosamente a Marilyn, ella se levantó,
miró fijamente primero a Darrel, luego a su mamá y por último a su padre.
-¿A caso pensaste
antes de aceptar? ¿Cómo es posible que aceptaras tener a este hombre- señaló a
Darrel- a tu lado en lugar de tu propio hijo?
-Darrel es hijo de
mi socio…
-¡Eso no importa!-
gritó enfurecida- primero se ve a la familia antes que nada- hizo movimientos
bruscos, caminó rápidamente sin importar las llamadas de atención por parte de
su padre hasta salir del gran salón y ahí fue donde, a pesar de la situación,
pudo respirar.
-Señorita Black,
¿se encuentra bien?- preguntó uno de los empleados del hotel.
-Si- sonrió-
gracias- y él se retiró al ver que alguien se acercaba a la señorita Black.
-Marilyn-
-¿Qué haces aquí? Deberías
de estar adentro apoyando a Anto.
-Lo sé, pero creo
que Lya puede hacerlo, o por lo menos eso debería de hacer.
-los dos sabemos
que jamás meterá las manos al fuego por él- dijo demasiado decepcionada de
todo.
-¿Quieres ir a
tomar algo? Dudo que se den cuenta de que faltamos, bueno, de que yo falto.
-Creo que al
terminar irán a buscarme… ¡No!, tienes razón, se les olvidará.
-Entonces Darrel siempre ha tenido problemas con Anto.
-Así es- rió a causa del alcohol que ya había hecho efecto en ella- Prácticamente
crecimos juntos, él sabe todo de nosotros como nosotros de él- no entendía como
era que Dylan la escuchaba atentamente a pesar del ruido que había en el bar.
-y… ¿a ti? ¿Te ha hecho algo?
-Sólo hacerme el amor- rió aún más, tomó otro trago de Vodka solo y lo
miró fijamente- fuimos novios por un año.
-¿Él tiene hermanos? Preguntó evitando saber más intimidades.
-Creo que sólo uno, jamás lo vimos, bueno, no como a él, había veces
en los que podía verlo de lejos, como papá acostumbraba dejarnos con Darrel de
pequeños disque para jugar, habían días en los que estábamos en su residencia…
-¿Llegaste a ver a su hermano de cerca?
-No… ¿o sí?...bueno, recuerdo que tenía el cabello rizado y negro. Una
vez llegó inesperadamente, por lo que sabíamos, él estudiaba en Alemania, los
visitaba sólo un par de veces al año y conforme pasaron los años, dejó de
visitarlos.
Dylan suspiró, los dos ya estaban ebrios, o eso daba a entender Dylan.
-Ven- agarró sus manos quitando de ellas el vaso y la botella- regresemos
a casa, se acercó a ella, la bajó del banco y pasó una de sus manos alrededor
de su cuello para agarrarla bien- Aguantas muy bien para ser mujer- comentó mientras
salían del bar.
-No debimos venir- dijo adormilada, abordaron el taxi, él la acomodó.
-¿Por qué?
-Se supone tengo que buscar trabajo…mañana no podré por la resaca.
-No te preocupes- dijo sin quitar la mirada de ella, ni ella de él- te
daré algo que te la quitará como si no hubiera pasado nada, duérmete, yo me
encargaré de ti.
-¿En serio? ¿No me dejarás aquí?...
-Claro que no…yo te cuidaré- ella sonrió para luego recargarse en el
hombro de Dylan y quedarse completamente dormida. Dylan la abrasó mirando el camino, pensando en
las consecuencias de sus actos, en sus recuerdos, en sus sueños y anhelos.