domingo, 16 de diciembre de 2012

...*Cold Blooded*...


Chapter IX:

Primera vez en la que de noche no pudo ni siquiera un minuto cerrar los ojos, la preocupación la estaba  comiendo viva. El despertador del celular sonó, era una canción relajante “War Machine” de AC/DC, tardó por lo  menos dos minutos para forzar su  cuerpo a que se levantara de la cama, tenía que apurarse  si quería llegar a tiempo y estar presentable, lo que jamás hacía.
-Sé que es un día muy importante para ti, pero…necesito de tu ayuda.
-¿Mi ayuda?
Verlo parado frente a ella, inmóvil solamente mirándola fijamente y con algo de pena, le era sumamente nuevo.
-Es fácil.
-Si es fácil, ¿Por qué no lo haces solo?...
-Vamos Marilyn, te queda tiempo.
-¿Qué hiciste?- lo dijo con tanto desinterés por su problema.
-Sígueme entonces- Y eso hizo, caminaron hasta la habitación de Dylan, donde al entrar, se encontraba una chava desnuda dormida en su cama.
-¿Y...? No le veo nada de nuevo a esto- dijo señalando a aquella mujer con deslumbrante cuerpo.
-Está muy drogada, y necesito sacarla de aquí.
-¿Qué?... ¿Estás loco a caso?, yo no te ayudaré en esto-
Marilyn salió rápidamente de la habitación dirigiéndose al suyo cerrando la puerta son seguro.
-¡Vamos Marilyn! Sólo tenemos que ponerla en algún auto y…saber en donde vive- decía Dylan estando recargado de la puerta esperando a que ella abriera.
-¡Claro que no! – gritaba Marilyn desde el otro lado de la habitación.  Dylan se había dado por vencido, se separó de la puerta e inspiró profundamente.
-Ok- dijo ella al abrir la puerta teniendo su mirada seria- te ayudaré...sólo si consigues un auto y su dirección.
-Eso será fácil- Sonrió Dylan para luego regresar a su habitación, tardó dos minutos en volver a salir con algo en su mano que no lograba distinguir Marilyn.
-¿Qué es eso?... ¿otro condón?
-No, es su cartera...o como ustedes le llamen.
-Monedero estúpido… ¿Y para qué lo tienes?
-Puede y tenga su credencial…qué sé yo- buscaba desesperadamente.
-A veces me sorprendes- dijo Marilyn dirigiéndose a la habitación de él, al entrar comenzó a buscar ropa y en efecto, la encontró en el suelo- ¿Trajo algún bolso?
-No recuerdo…- miró por unos segundos a Dylan y se dio cuenta de que estaba algo ebrio o posiblemente drogado.
-Ahora me cuadra tu estupidez- dijo y sonrió- busca en la sala mientras yo busco aquí.

Pasó más de media hora y no encontraban nada, aún tenía hora y media para llegar bien al trabajo, lo bueno era que ya estaba arreglada y lista para largarse en cualquier momento.
-¿Y si mejor la vestimos?- sugirió Marilyn a ver que sería inútil saber en donde vive.
-Vístela tú, no la quiero volver a ver.
-¿Algo más patrón? ¡Tengo que irme ya!...será mejor que te la arregles solo.
-¡No! Por favor- te lo ruego. ¿A vaso ya la viste bien?
-¿Para qué tengo que verla bien?
-Porque es….hermana de Lya
-¿Qué..? ¿Ella tiene hermana?
-Bueno, hermanastra, amiga, lo que sea. Nadie más tiene que saber esto, menos Anton, por eso es que he recurrido a ti.  
-Lo siento mucho Dylan, jamás te había visto así, ni mucho menos tan preocupado, pero no puedo hacer nada- agarró su bolso, miró por última vez a Dylan y salió del departamento.
Estando en el elevador le daba muchas ganas de volver y hacer lo que fuera por ayudarlo, pero tenía que llegar temprano a su primer día de trabajo, era lo único que le faltaba para seguir con su plan de ir a Finlandia.
Ya faltaba poco para salir del edificio, sólo unos cuantos pasos más y podría irse en un taxi y relajarse en el camino.
-¿Marilyn?...
-Anton… ¿Qué haces aquí?
-¿Qué hago aquí? Vengo a ver a mi amigo… ¿Estás bien hermana? Pareces algo angustiada, recuerda, sé tú misma en el trabajo.
-Estoy bien, pero…no está Dylan.
-¿A no? Que yo sepa hoy descansa, bueno, creo que todos los días descansa.
-No...Él...fue…a ensayar con la banda.
-Qué raro, pues por lo que tengo entendido, soy integrante de la banda.
-Sí pero...Ya ves, ahora que estás más ocupado con eso de la boda, no quisieron molestarte.
-Bueno, aún así lo esperaré en el departamento.
Anton comenzó a caminar hacía el elevador y detrás de él corría Marilyn, no podía dejar a Dylan enfrentarse a su error.
-¿Por qué no mejor me llevas a mi nuevo trabajo?
Anton lo pensó por un momento antes de subir el elevador.
-Me parece perfecto hermanita- sonrió.

Dylan había encontrado el bolso de la mujer que aún dormía en su cama pero que ahora se encontraba vestida, ya estaba todo listo para bajarla por elevador cuando recibió un mensaje, sentó a la chava recargada en la puerta y sacó su celular de su bolsillo trasero y leyó

Mensaje de DESCONOCIDO:
Me debes una, Anton estuvo a punto de subir al depa, ahora nos dirigimos a mi trabajo, espero que cuando esté de vuelta tengas el problema solucionado.
P.D: te espera un Taxi, ya me encargué de sus dudas y está pagado, te esperará pero no tardes demasiado.

Dylan no pudo evitar sonreír, a pesar del “odio” que se tenían sabía que podía contar con ella y eso le comenzaba a fastidiar, no podría cumplir el trato con Anton si se encariñaba realmente de Marilyn.

Llegó justo a tiempo.  El lugar de encuentro le había parecido algo extraño e informal, pero le encantaba la idea de no estar encerrada en cuatro paredes, Anton la dejó para ir a resolver unos problemas con la empresa. Comenzó a caminar y justo cerca del lago vio a mucha gente reunida –Tal vez ahí es donde tengo que estar- se dijo, siguió caminando pero antes de acercarse más una mujer, a lo mejor de tan sólo 5 años más grande que ella se le acercó curiosa.
-Tú debes ser Marilyn Black.
-Am...Si...y usted…
-Cristia Yara, tu nueva jefa.
-¡Oh!- dijo entusiasmada- mucho gusto- estrecharon las manos.
-¡Comencemos entonces!- Dijo Cristia- esta vez veré tu trabajo y habilidades aquí, quiero que tomes fotos de todo lo que te plazca…

No podía haber elegido mejor trabajo Alex- se decía Marilyn en el descanso que le habían asignado- Ahora sólo me preocupa Dylan.