CHAPTER
VI
Después de
intentar conciliar el sueño, es interrumpido por un extraño sonido, que al
abrir los ojos logro reconocerlo.
-Bueno...
-¿Ya estás mejor? ¿Por qué me colgaste?
-Rose, lo siento...
-Necesito que me expliques.
-Lo sé, lo sé.
-¿Quien es Marco? ¿Es el Marko que yo creo?
-Sí, con K.
-¡Oh, santo Dios!- exclama feliz, alegre de
que haya resultado su vago plan.
-No terminó bien, así que no te alegres.
-¿Pero por qué?
- Todo estuvo bien, le gusté y me gustó. Besa
exquisito, pero...
-Pero...
Hubo un
silencio entre las dos, respiro hondo
mientras miro la lámpara de noche.
- Estuvimos cerca de tener…
-¡Sí, sexo!
-¡Deja de emocionarte!- le regaño- no pude
Rose, creo que tuviste razón. Me ha afectado a tal grado de no poder dejar que
ningún hombre me toque sin sentir pánico.
-Oh, Mady...
- No sé si algún día podré perdonarlo.
-Te juro que si lo llego a ver...
-No- le interrumpo- creo que no volverme a
ver es su peor dolor.
Al final, cinco minutos para dar las seis de
la mañana, sigo despierta, sin poder cerrar los ojos ni un segundo. No puedo
dejar de recordar a Marko, no consigo olvidarme
de Chris- Es momento de salir y aprovechar las desconocidas energías que
alberga mi cuerpo – sonrío y corro a la habitación para cambiarme, al llegar
escucho que mi celular suena, respiro profundamente cuando contesto,
seguramente es Rose queriendo saber todo a detalle de nuevo.
-Rose…
-Después de esto terminarás amándome.
-¿Por qué?
-Te conseguí boletos para Sturm und Drang,
verás a tu chico, pedófila.
Suelto una carcajada tan, pero tan
contagiosa.
-Solamente le llevo 6 malditos años.
-¡Pedófila!
-Ya luego me desquitaré, ¿para cuándo son?
-Para hoy…
-¿Qué? ¿y cómo rayos no me enteré?
-No tengo idea, de todas formas es un
concierto en un centro comercial…¿irás?
-No tengo otra cosa por hacer, estaré
puntual.
-Perfecto, ya está, tu boleto estará en
taquilla, o como sea ahí. Solamente tienes que presentar tu…
-Ya lo sé Rose, gracias, te lo pago llegando.
-No, no. Es un regalo así que disfrútalo.
Y antes de
poder reclamar algo, cuelga.
Llevo dos guantes en cada mano, aunque
comienzo a pensar que fue mala idea traer de los que no cubren los dedos, pero
igual me sirven para usarlos casi todo
el tiempo. Estoy aburrida, sólo me quedo observando la tarjeta de Marko sin
atreverme a llamarle y darle una explicación, aunque sea una disculpa - De
seguro ni ha de querer volver a verme- me digo para matar mis ánimos que
comenzaban a crecer. Estaciono el auto,
después de haber preguntado a un par de adolescentes dónde hay una librería,
logro encontrarla con cierta satisfacción de no haberme perdido, antes de bajar
guardo la tarjeta en la cartera y me dispongo a entrar y poder encontrar algo
para leer.
-¡Diablos!..no entiendo nada- grito un poco,
por suerte la librería está casi vacía, escucho que alguien entra y sigo en mi
búsqueda - hubiera aprendido Suomi en la
universidad...
-¿Problemas para encontrar un libro?
No me giro
para ver al hombre que me ha hecho la plática.
-Algo así.
-Espera aquí- dice y luego desaparece, no
le doy importancia y de repente me doy
por vencida, me dirijo a la caja aunque no sé para qué, pero al menos opto por
comprar unos separadores.
-Quiero dos- los escojo y la mujer de unos 20
años aprieta unas teclas mientras yo saco dinero de mi cartera.
-Pensé que te habías ido- es de nuevo aquel
sujeto, termino de sacar el dinero y veo que pone el libro a mi lado- fue el
único que encontré en tu idioma- veo el título y lo reconozco al instante.
-Romeo y Julieta...- decido mirarlo pero al
instante pienso que fue mala idea, me quedo en shock por unos segundos hasta
lograr un autocontrol.
-¿Te gusta?- pienso rápidamente una respuesta
ingeniosa y original, pero no me sale nada.
-Para serte sincera, no lo he leído del todo,
unas cuantas páginas en la secundaría, vi su película. No donde sale Leonardo
Di Caprio- por alguna razón le causa
gracia y también a la joven cajera.
-Ya sé de cual hablas- sonríe y me da unas
ganas de pedirle un autógrafo, decirle que soy fan pero por alguna razón no lo
hago- Espero lo compres y te guste. Es raro que en esta librería ahorita no
tengan ningún libro en inglés, normalmente aquí vengo y compro cuando quiero
practicar, pero si gustas yo tengo muchos libros…
-Muchas gracias- digo interrumpiéndolo,
agarro el libro y se lo doy a la mujer que espera a que page.
-Es un placer- dice para luego salir de la
librería.
Sigo
conmocionada, manejo lentamente con la suerte de no ver más autos detrás de mí.
De pronto siento la necesidad de un cigarro, necesito un cigarro, así que me
estaciono en el primer local que veo y rezo porque tengan cigarrillos.
-Disculpe ¿tiene cigarros?
-Claro, permítame.
-¿Otra vez tú?
¡Dios mío!
-No te estoy siguiendo.
¿Por qué
dije eso?
Ríe por
unos segundos.
-Por alguna razón te creo.
-¿Eres Ville Valo, cierto?
-¿y tú...?
-Oh, lo siento- saco mi mano derecha de la
bolsa de la chamarra- Mady Millet.
-Mucho gusto- estrechamos las manos por unos
segundos- no compres cigarros- dice- yo acabo de comprar.
¿Será esto un sueño? ¿mi insomnio me habrá hecho dormir en el auto
antes de entrar a la librería?
-Te noto algo pensativa- da una calada a su
cigarro y voltea a verme justo al mismo tiempo en que hago lo mismo, seguramente
haciéndome sonrojar.
-Lo siento, soy algo introspectiva; pienso
mucho y hablo poco.
-¿Vienes de visita? ¿vacaciones? ¿trabajo?
-Se podría decir que por trabajo- intento
darle una calada a mi cigarro, miro a mi alrededor y noto que estamos muy cerca
de donde vivo- Escribo- digo al fin- no tan increíblemente como tú pero…
-Pues gracias pero no podré decir si es
verdad o no cuando no he leído nada tuyo.
-Puede ser, por eso mismo te ahorré eso-
sonrío y él también.
-No, por decir eso, ahora tendrás que
enseñarme algún escrito.
-Dudo que se vendan aquí.
-Seguramente estás escribiendo ahorita ¿crees que me dejarías leer algo inédito?
Me ruborizo aún más, no dejo de ver esos ojos verdes tan
profundos. Simplemente no puedo creer que esté hablando con mi amor platónico.
-¿Eres fan de HIM verdad?
-¿Se nota tanto?- reímos.
-Yo diría que lo normal- hace una pausa para
apagar su cigarro. Seguramente lo he asustado. Saca la cajetilla y me ofrece
otro a lo cual, educadamente digo que no. sí lo he asustado, pero por alguna
razón sigue aquí a mi lado mirando como si nada, como si fuéramos conocidos o
hasta amigos.
-No suelo hacer esto, pero me has caído bien-
vuelve a sonreír y reír, esa inigualable risa que tanto me gusta, busca algo en
las bolsas de su chaqueta y con dificultad por sus guantes que son del mismo
estilo que los míos, logra sacar un papel y una pluma y comienza a escribir
algo. Mientras sigo atrapada en él, en su cabello que se mueve con el viento,
en su estilo…simplemente en él.
-Toma- me extiende el papelito- mañana iremos
a ese bar como por las 8:00pm, y si es que no has llegado a conocer a HIM en
persona, puede y esta sea tu oportunidad- lo agarro y miro el nombre del bar y
un pequeño y rápido croquis- Ah, está hecho desde esta calle, espero y no vivas
tan lejos.
-No se ve tan lejos- logro decir.
-Bueno, hasta entonces- hace un gesto con la
mano y comienza a caminar dándome la espalda.
-¿Voy
no voy?
-¡Tienes que ir! Además, ya te ahorraste el
acosarlo.
Sonrío de recordar mi plan para acosarlo que
hice hace años.
-Tuve suerte.
-Y por eso no dejes perder esta oportunidad.
-Lo pensaré- digo, tomo un poco de café
mientras miro rápidamente la Tv que está encendida pero muda.
-Tengo que regresar al trabajo, pero cualquier
cosa llámame por favor.
-Ok, suerte- cuelgo y suspiro. No todos los
días Ville Valo hace esto ¿O sí?
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