Capítulo IV
-Organizaremos una
fiesta!- gritaba Daphne por todos lados, con una gran sonrisa en su rostro y
una joyas caras modelando como siempre.
-Madre- Darrell
bajaba las enormes escaleras, vestido de traje, muy elegante y atractivo como
de costumbre - ¿Por qué tan alegre?
-En pocos días es
el cumpleaños de tu padre hijo, tenemos que festejarlo como antes lo hacíamos.
-Las cosas han
cambiado- su voz se notaba apagada y su interés nulo.
-Podemos recuperar
esos recuerdos, tu padre llega hoy en la noche…
-Haz lo que
quieras, si logras hacer que toda la “familia” venga, estaré aquí.
-¿y Marilyn?... ¿vendrá?...o
es que en serio terminaron.
-Lo que pase entre
Marilyn y yo- de nuevo aparecía aquella mirada intimidante, igual a la de su padre- no es asunto tuyo madre..
-Pero de tu padre
si…
-Necesito que me
investigues en donde está viviendo….
-¿No sabes?...
¿Darrell Dosseti no sabe en donde vive su “novia”?- decía bufándose su
asistente Maria-
-Le encanta
esconderse- se acercó más a ella, mirándose los dos fijamente- para luego
encontrarla y hacerla mía- y sonrió, un hombre malo jugando con Maria, quien
está enamorada de él desde hace tiempo.
-¿Estás seguro?
Más bien se esconde para revolcarse con los de su clase..
-Cuidado con lo
que dices- acarició la mejilla de ella - que en ese caso, son tal para cual
querida- y María se alejó de él enojada.
-Tal vez así sea,
pero soy la única que te valora y no te dejará nunca…
-No si yo hago lo
imposible por alejarme de ti…
-No lo harás- sus
miradas hervían, tal vez de deseo, o un desprecio escondido en Darrell.
-¿Me estás
retando?..
-No, te lo estoy
confirmando mi amor.
-¿Cómo es posible
que decidan por mi?!- gritaba Marilyn enojada, sus padres la escuchaban con
atención, pero decididos.
-Ya está hecho-
dijo el Sr. Black- vivirás con Dylan si quieres vivir en New York.
-¡Pero no quiero
vivir aquí!, quiero irme a Finlandia…
-Haremos esto-
interrumpió su Madre- veremos si puedes vivir aquí bien, si consigues un buen
trabajo, si aprendes a mantenerte sin necesitarnos y te pagaremos el viaje a
Finlandia- Marilyn se quedó perpleja por dentro, demostrando frialdad por
fuera, lo pensó por un momento, analizando la mirada de sus padres- desde hace años que no les creo
nada de lo que dicen y prometen…
-Hagamos un
contrato entonces- sugirió Anton sonriendo, siempre viendo las diferentes
posibilidades porque su hermana cumpliera el sueño de viajar a su lugar
favorito. El sr. Black lo miró serio, analizando igual que su hija.
-De acuerdo- dijo-
haremos el contrato y si no lo cumples no habrá viaje.
-Me parece bien-
sonrió Marilyn.
Tocaban a la
puerta, Dylan estaba listo para salir a dar una vuelta, disfrutando de las
vacaciones que le habían dado en su trabajo, se dirigió a abrir y se quedó
mirando fijamente a la muchacha que se encontraba justo enfrente de él- Por favor
dime que no vienes a reclamarme algo…
-Ni te conozco
¿Aquí vive Marilyn?
-¿Vive?...Aún no…
¿Quién eres?
-Su mejor amiga…
-¡Ah!...eso no me
sirve de nada- dijo seriamente- ¿Cómo te llamas?
-Helen... ¿Podría
pasar a esperarla?
-Dudo que vuelva,
pero como gustes- Helen entró, miró todo a su alrededor y al darse la vuelta
para preguntarle cuánto podría tardar Marilyn, ya no estaba.
-Mira que pedirte
eso fue lo más fácil…
-No sé Helen,
acepté sólo por querer ver cumplido mi sueño, pero no creo aguantar vivir con
Dylan ni una semana.
-¿Por?, no es feo
y…
-Eso no importa
Helen- sonrieron las dos pensando en la opción de sexo- Es insoportable, tarde
o temprano terminará hartándome. Es como un Anton II, aunque mi hermano es más
tierno.
-Jajajajaja! Se molestan
mutuamente, no lo niegues.
-Bueno- suspiró
Marilyn, disfrutando del ver a su mejor amiga, de tenerla cerca, la persona a
la que más confianza le ha tenido toda su vida- me alegra el tenerte aquí.
-Aunque sea sólo
por hoy- se recargó en el sillón- No me tendrás para cuidarte y alejarte de tus
excesos, pero confió en que te alejarás sin mi detrás fregándote.
-Jajajaja! Si, ya
me tengo grabados tus regaños…- se escucharon unas llaves siendo introducidas
en la perilla de la puerta, Marilyn y Helen se quedaron quietas a ver quien
entraba, sabiendo que sería Dylan
-jajajaja! Dylan,
no seas tan gráfico que me excito rápidamente- decía sensualmente una muchacha,
entró Dylan abrasado de ella, besándose de a ratitos, escuchándose con claridad
el deseo que se tenían- Vayamos a tu cuarto a divertirnos un rato- sus besos
eran obscenos y ruidosos – Dylan… ¿Quiénes son ellas?- se quedaron quietos al
ver a Marilyn y Helen mirándolos.
-Am….ella es…
-Hola- dijo
Alegremente Marilyn- Soy su compañera de departamento…tú debes de ser otro
placer más, Ella- señalando a su amiga es Helen… ¿y tú?...
-Dejémonos de
presentaciones- dijo Dylan mirando seriamente a Marilyn, tal vez un poco
molesto al igual que la chava con la que venía- ¿Les importaría si…?
-¡Oh no!- Marilyn
reaccionó agarrando su chaqueta- Con gusto te dejo a solas con tu objeto- pasó
junto de ellos- No se apuren que no regresaré temprano- y se salió con Helen.
-¡Por qué hiciste
eso?- preguntó Helen.
-Si viviré con él…tengo
que divertirme con algo, y sólo me queda hacerlo molestándolo…
-Esperemos y no se
lo tome en serio Marilyn, no lo conoces bien…
-Pues así lo
conoceré, tal vez mejor que Anton.