Capítulo I:
Sentía nervios, todos los
pasajeros la miraban de una forma extraña pero ella lo entendía, era por su
cabello de color azul, los minutos pasaban, el avión seguía su curso y sólo
faltaba media hora para aterrizar-¡por favor deje de mirarme!- gritó
desesperada por aquella mirada que venía sintiendo desde el inicio del viaje-
¿Qué quiere? ¿Quiere una foto?...
-¿Sería eso posible?- Marilyn no
comprendió, miró a ese hombre bien vestido y simpático que se encontraba
sentado a su lado derecho.
-¿Qué? ¿En verdad quiere la
foto?
-Por supuesto, soy Estilista
profesional y me encantó tu estilo- sacó una tarjeta de la bolsa de su camisa
de marca y se la dio a Marilyn.
-No sé qué decir…sólo, lo siento,
pensé que…
-¿Qué te miraba feo por ser
diferente?, es lo que busco, gente diferente que imponga originalidad, esos
tonos azules en tu cabello- se veía claramente como le brillaban los ojos, como
miraba con adoración el cabello de Marilyn- son fantásticos, ¿Quién te lo
pintó?
- Si le digo que fue mi mamá en
un intento de experimentar, ¿me creería?
-Jajajajaja- rió alegremente, era
lógico que no le creyera
-Es enserio…ella lo hizo, solo
decoloró y pinto- de inmediato los ojos de aquel hombre se abrieron de par en
par.
-¿Cómo lo hizo?
-Mi teoría es que, mientras lo
hacía, con la tv encendida, por obvias razones se entretenía mientras
decoloraba algunos cabellos así que…
-No decoloró todo al mismo
tiempo.
-Exacto- dijo Marilyn sonriente-
así es como quedó mi cabello con muchos tonos de azul.
ALEXANDER MURRAY, estilista
profesional bajaba del avión detrás de Marilyn
hasta entrar al aeropuerto donde irían en busca de su equipaje – y dime…
¿Qué haces aquí en New York?
-De visita- sonrió como siempre-
vengo a ver a mi hermano.
-Qué lindo- Murray buscaba con la
mirada su maleta, veía pasar muchas iguales, negras y grandes pero la suya
tenía algo especial- ¡la encontré!- se dirigió hacia ella, la agarró y regresó
en donde se encontraba Marilyn parada esperando su equipaje
-¡Es un heartagram!- gritó
emocionada- ¡es la maleta más genial que he visto en mi vida!
- ¡Verdad que si!- y en ese mismo
instante comprendió que Alexander era Gay, pero para confirmarlo tenía que
preguntar algo especifico.
-¿Y qué dices de Ville Valo?
-¡Que es todo un bombón
finlandés!
Caminaron juntos hasta la zona de taxis.
-Espero y tengas suerte con tu
nuevo empleo peinando a famosos
-Es lo que siempre he soñado y
linda, tu cabello tiene que estar en forma de poster pegado en mi
establecimiento.
-Jaja, claro que lo estará, ¿nos
ponemos de acuerdo?
-Por supuesto, la tarjeta tiene mi numero, llámame cuando gustes
visitarme y con gusto te retoco tu look- se despidieron con un beso en la
mejilla, Marilyn subió al primer taxi
que vió y de lejos miró a Murray subirse a otro, había sido la primera vez en
la que se sentía a gusto con un desconocido, obviamente no un desconocido
común. Era sumamente importante esta visita, su hermano anunciaría su
compromiso, algo que a ella le había contado meses atrás y que estaba
totalmente de acuerdo. El taxi llegó a su destino, donde se hospedaría por un
par de días.
-Anton… ¿seguro que no estoy
soñando?
-Estoy muy seguro Dylan- dijo
mientras disfrutaba de una refrescante cerveza sentado en el sofá mientras
miraba vídeos musicales en VH1, Dylan caminó hacia el refrigerador donde, al
abrirlo se puso a ver con detenimiento lo que había dentro de él-
-No sé qué haré sin ti como mi
compañero, tendré que buscar a alguien para poder pagar la renta y todo lo
demás- al finalizar su búsqueda por algo refrescante, optó por agarrar lo mismo
que Anton para luego regresar a sentarse y platicar con su amigo.
-No se te hará difícil,
conociéndote encontraras a muchas mujeres sexys que quieran pagarte todo.
-No quiero a una mujer viviendo
conmigo, ¿te imaginas tener a una mujer sexy compartiendo el departamento?...si
tuviéramos sexo no podría irme en la madrugada como acostumbro.
-Pues solo te cambiarias de
cuarto- Dylan miró molesto a Anto- bueno, solo era una sugerencia- y el seguía
con esa mirada fija y molesta- ¡vamos Dylan!, lo decía de broma, sé que
terminaras buscando a un muchacho y te harás su compadre, y me sustituirás por
alguien tal vez mejor que yo…
-En definitiva será difícil
cuando te cases- inspiro profundamente y tomó un poco mas de cerveza- pero
jamás te cambiaria- volteó a ver a Anton- eres mi mejor amigo, eres como mi
hermano – Anton estaba a punto de decirle lo mismo cuando se escucho un pequeño
zumbido, vio su celular y se levantó con rapidez-
-¡Mi hermana!- dijo preocupado-
-¿Qué tiene?- preguntó Dylan sin
dejar de introducir alcohol a su organismo.
-Quedé con ella de vernos en el
café de enfrente, pero tengo que irme por Lya al aeropuerto- se veía tenso,
pensaba demasiado sin tener alguna solución y Dylan simplemente sonrió para
luego levantarse-
-No te compliques la vida, para
tu suerte no tengo nada que hacer así que podría…
-¡Muchas gracias hermano!- lo
abrasó con entusiasmo- me iré por Lya, me esperan aquí ¿ok?- y salió corriendo.
-¡Hey!... ¡yo iba a ir por Lya!-
y se cerró la puerta de un sólo golpe- ahora tendré que ir por su hermana…
Sus oídos retumbaban a causa de
la canción que venía escuchando por medio de sus audífonos, caminaba
tranquilamente por las calles mientras se distraía un poco con Turbo Lover de
Judas Priest, el bolsillo trasero de su pantalón comenzó a vibrar debido a su
celular el cual lo sacó y miró en la pantalla para reconocer el número pero
solamente decía “privado”, pensó en no contestar y seguir su camino, pero
recordó a un hombre que siempre le llamaba de ese tipo de números.
-¿Hola?- contestó algo indecisa
-¡Hey dulzura!
-Tenía la idea de que serias tú…y
por favor no me digas así
-¿En dónde estás?, llevo horas
tratando de llamarte…
-Estoy lejos…justo como te dije
que lo haría- miró a su alrededor en busca de la cafetería
-Vamos Marilyn, no digas eso, te
dije que teníamos que hablar acerca de lo que pasó
-Olvídalo ¿ok?, no fue nada…
-¿No fue nada? ¡Te acabas de ir!
-Jajaja es solo una parte de mi
que es nueva para ti.
-Ok, por lo menos dime en donde
estas-
-¿Para qué vengas? ¡No gracias!
- No seas grosera- y rió por unos
segundos - anda nena, tal vez pueda y vaya a verte
-No me digas de ninguna forma,
sólo llámame Marilyn ¿te queda claro?
-¿Te afecta en algo que te diga
así?
-Simplemente no me gusta…estoy en
NY- y su mirada se quedó clavada en el local donde esperaría a su hermano- te
dejo- y colgó rápidamente para entrar, era un tipo de Cafetería que si
estuviera en donde ella vivía iría del diario, en la entrada, como letrero o
titulo tenía una enorme guitarra donde decía “Coffee Rock”, al entrar el ambiente se sentía de
inmediato, fresco y artístico, se dirigió a la mesa que tenia forma
de dubplate y puso su morral a un lado de ella esperando
a que llegara su hermano. Pasó media hora y no había señal de Anton, en cambio
Marilyn comenzaba a desesperarse pero no le llegaba la idea de llamarle a su
celular por andar escuchando música y disfrutando del café que había pedido
para pasar el rato.
-Disculpa-dijo una vos masculina
cerca de ella, Marilyn tenía la mirada fija en su celular hasta que al sentir una presencia cerca de ella, alzó la
mirada y se quitó los audífonos, no dijo nada, sólo lo miró con detenimiento –Que
sexy- pensó sonriendo al mismo tiempo-
-¿Perdón?
-Me peguntaba si de casualidad no
has visto a una mujer no mayor de 25 ni menor de 20…
-Jajaja, aquí hay muchas con esa
descripción.
-Jaja- su risa era coqueta- lo
sé, pero tengo un grave problema-
-¿A si?, y….¿podría ayudarte en
algo?- Aquel hombre que se encontraba parado cerca de la mesa donde se
encontraba Marilyn tenía un aspecto agradable, vestía jeans gastados, rotos de
una rodilla y partes bajas del pantalón, portaba una camisa color negra ligeramente desabrochada de los
primeros tres botones de arriba hacia abajo dejando ver un poco de su pecho y
aquel collar largo que traía una cruz café oscuro, unos Converse clásicos algo
sucios, su cabellera, café oscuro, mediano, alborotado y algo rizado que de
alguna manera hacían resaltar sus ojos de color entre verde y azul, que portaba aquel rostro fijo y
deslumbrante.
-Creo que…no- sonrió- lo único
que te puedo decir es que un amigo me matará si no encuentro a su hermana…
-Espera- interrumpió Marilyn- ¿a
caso tu amigo se llama Anton?- los dos se quedaron callados por unos segundos,
los dos tenían la ligera idea y ganas de querer ligarse mutuamente pero al
sospechar lo que pasaría, ese deseo había desaparecido por completo.
-¿Eres Marilyn?- preguntó-
-¿Cómo es que sabes mi nombre?
-Tu hermano me lo recalcó miles
de veces….tenemos que irnos…
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